15 sept 2017

Facebook se mete a cartógrafo


Estos días hemos visto una noticia en varios medios que señala que Facebook, para estudiar cómo extender internet y llevar a cada lugar el ancho de banda que realmente se necesita, está realizando mapas de distribución de población en grandes regiones del mundo, concretamente 20 países con más de 21 millones de kilómetros cuadrados y más de 350 TB de datos. 

Parece que combinando los datos del censo del gobierno con imágenes satélite y haciendo uso de la red de reconocimiento de las imágenes que almacena la propia Facebook, aseguran que son capaces de detectar cualquier edificación de más de 5 metros, lo que equivaldría, más o menos a una cartografía 1:25 000. 

No sé si será rigurosamente cierto o si la información tiene algo de farol publicitario, pero en cualquier caso, da mucho que pensar. Por un lado, puede que la cartografía haya cambiado para siempre y no nos hayamos dado cuenta. Con datos de cartografía colaborativa y con análisis del Big data disponible quizás se pueda acceder a detalles inimaginables. Seguramente si fuéramos capaces de cruzar los datos de consumo por domicilio de agua, gas, electricidad y telefonía podríamos tener mapas de actividad económica muy interesantes y útiles. No digamos nada si además disponemos de estadísticas sobre a qué páginas de Internet se accede desde cada domicilio.

A veces parecería que todo el mundo quiere meterse a cartógrafo, pero pocos deciden invertir recursos a lo grande en la instituto geográfico de su país, donde parece que saben algo de eso de hacer mapas.

En culquier caso, de momento el fin declarado de Laboratorio de Facebook que trabaja en esta línea es de lo más positivo: llevar Internet a todo el planeta mediante satélites artificiales, aprovechando que nunca fué tan barato ponerlos en órbita.

Sin embargo, se abren multitud de interrogantes relacionados con la privacidad y a propiedad de los datos. ¿Los usuarios han autorizado a Facebook para que haga este uso de sus datos?¿Si nuestra posición es tan interesante, podríamos venderla a una multinacional?¿La intimidad ya no es lo que era?¿Hay vuelta atrás? ¿Tiene Leviatán a su disposición herramientas y utilidades pavorosas e inimaginables?¿Avanzan el derecho y el marco legal a la misma velocidad que la tecnología?

Seguiremos informando.

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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